Con D10S se fueron cuarenta años de mi vida

Mientras escribía la crónica del partido de River me enteré de la muerte de Diego por medio de un whatsapp. A partir de ese momento todo fue un caos para mí y pasé por miles de estados de ánimo: sorpresa, incredulidad, llanto, emoción y tristeza me embargaron durante todo el día. ¿Cómo se despide a alguien que significó tanto en mi vida y con quién no crucé ni una palabra jamás?

Se fue. Nos abandonó. Nos quedamos sin un superhéroe, mi generación perdió a uno de sus íconos más grandes, todos quedamos huérfanos futbolísticamente. Jamás imaginé tener que escribir sobre la muerte de Diego Armando Maradona, siempre pensé que iba a gambetear a La Parca por muchos años más. Que equivocado estaba, me olvidé que era un ser humano y que como tal alguna vez este momento iba a llegar. Y llegó. ¿Quién se va a olvidar del 25 de noviembre del 2020? ¿Quién podrá decir que este año fue normal? El más humano de los dioses se nos fue y el mundo ya no será el mismo.

Diego Armando Maradona significó mucho en mi vida, tengo una historia muy fuerte con él sin haberlo conocido y sin haber intercambiado una sola palabra con él. Y en la cancha lo vi una sola vez en mi vida en 1992 cuando fue a jugar al Monumental José Fierro un partido amistoso (creo que fue a beneficio del Hospital de Niños de San Miguel de Tucumán) y nada más.

Pero siempre estuvo presente en mi vida por la relación que lo unió a mi abuelo Nano (Parte 1, Parte 2, Parte 3 y Parte 4) y nunca pude ni me interesó escapar a ello. Porque Nano, además de médico y fundador de dos clubes de rugby (Cardenales en Tucumán y el SIC en Buenos Aires), era un futbolero empedernido. Y siempre me habló maravillas de Diego hasta que se convirtió en mi ídolo. Eso fue en 1979 cuando yo tenía doce años y él la rompía en Argentinos Juniors. Pasaron cuarenta y un años y mi sentimiento por D10S sigue siendo el mismo. Por eso el título…

No puedo seguir escribiendo, me pesan las manos y la emoción y la tristeza me invaden. Solamente puedo decir ¡Gracias Diego!